Las características actuales de la pobreza urbana
estadounidense deben comprenderse en el contexto de los cambios acaecidos en la
economía y en la sociedad, que en los últimos veinticinco años se ha adaptado a
la creciente mundialización de la economía y a la incorporación de las
tecnologías en los procesos productivos, con una estrategia basada en la
flexibilización del mercado de trabajo y la desregulación creciente de la
economía respecto del ya tradicionalmente intervencionismo estatal, al menos
desde ópticas europeas. Ello ha revertido en un incremento substancial de la
pobreza, más si se tienen en cuenta criterios relativos y de distancia entre
las capas más desfavorecidas y el resto de la sociedad. Por otra parte hay que
considerar las nuevas migraciones, provenientes de Hispanoamérica y, también,
del Este asiático, que han sido renovadamente fuertes durante este último
cuarto de siglo.
Las actuales aproximaciones a la pobreza urbana tienen un
doble punto de partida. Por una parte, surgen como reflexiones en torno al
actual incremento de la polarización social producto de los cambios económicos
y territoriales de finales de siglo xx. Por otra parte, enlazan con los temas
centrales de los debates sobre la pobreza urbana, especialmente los apuntados o
desarrollados desde los años sesenta: el concepto de subclase, la pobreza de
minorías étnicas y la pobreza como reflejo de los cambios en la estructura
urbana de las ciudades.
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