viernes, 23 de noviembre de 2012

Migraciones internacionales en América Latina: Tendencias y desafíos del milenio


 Alrededor del 3% de la población mundial, reside en un país distinto al de su nacimiento.
El sur de Europa y Canadá, así como algunos países asiáticos, se sumaron a Estados Unidos como destinos migratorios de los latinoamericanos y liderazgo femenino incorporo una nueva tendencia en la conformación de las familias trasnacionales latinoamericanas, además del constante incremento de la fuga de capital humano. El incremento de las remesas permitió generar paliativos ante los acrecentados niveles de pobreza de quienes permanecían en los países de origen, pero se confirman insuficientes para  generar desarrollo. Los efectos de la reciente crisis económica internacional se resienten también en los envíos de dinero y los inmigrantes en mermadas sus condiciones de vida, ahora lejos de sus países de origen. Las políticas de control de flujos, tienden a señalar la inmigración como causa de conflictos sociales y la opinión públicas de los países receptores tienden a considerar un “problema” producido por las condiciones socioeconómicas de los países de origen, subestimando las condiciones de atracción generadas por la creciente necesidad de mano de obra extranjera en determinados nichos laborales de las economías desarrolladas.
Hoy prácticamente no existe ningún país ni ciudad latinoamericana que no forme parte del proceso migratorio, bien por emisores o por receptores de migrantes. Los sueldos y las relaciones familiares se negocian en el ámbito trasnacional. América Latina existe mas allá de las fronteras de la región, en otras áreas geográficas donde las condiciones económicas, políticas o sociales generan atractivo para conseguir proyectos de vidas individuales o familiares, temporales o permanentes.

Crisis económica en EE.UU afecta remesas de América Latina


Publicado el octubre 2, 2008 por el informador

Por primera vez en esta década, las remesas hacia América Latina y el Caribe se verán afectadas a causa de la desaceleración económica en Estados Unidos, la inflación y debilidad del dólar, anunció este miércoles el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En un análisis de datos recientes sobre remesas, realizado por el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del BID, indica que los emigrados latinoamericanos y caribeños enviarán este año unos 67 mil 500 millones de dólares a sus países de origen, cuando en 2007 hicieron llegar unos 66 mil 500 millones de dólares.
El BID explicó que para sus proyecciones, toma como base los datos mensuales y trimestrales de nueve bancos centrales en países de América Latina, los cuales reciben alrededor de 88,5 por ciento del total de remesas que llegan a la región.
A principios de año el FOMIN explicó que las remesas a México, el país latinoamericano que más dinero recibe de sus emigrados, ya no estaban creciendo, mientras que los flujos a Brasil cayeron en 2007.
En el caso mexicano se ha visto fuertemente reflejado el retroceso, pues este país recibió durante agosto pasado remesas por 1.937 millones de dólares (USD), lo que implicó una baja anual del 12,2% informó el Banco Central de México.
En fecha reciente, el Fondo apuntó que Guatemala, Honduras y El Salvador han visto reducciones en las remesas.
Según el FOMIN, varios factores están afectando los flujos, y entre las principales causas están las desaceleraciones económicas en Estados Unidos y España, dos de las principales fuentes de envíos a la región.
Datos censales estadounidenses indican que las tasas de desempleo para personas de origen latinoamericano son más elevadas que las del resto de la población, refirió el informe.
Otros factores son la inflación, impulsada por la carestía de alimentos y combustibles; la debilidad del dólar, sobre todo en países donde la moneda local se ha fortalecido contra la divisa estadounidense, y la estricta aplicación de medidas contra la inmigración ilegal.
No obstante, el BID precisó un cambio de tendencia, ya que las remesas a América Latina y el Caribe aún superan en volumen a toda la cooperación externa y la inversión extranjera directa en la región.
Disminución en Bolivia
En Bolivia, también se prevé una disminución de las remesas enviadas por bolivianos que trabajan en el extranjero, puesto que esta nación andina recibe 800 millones de dólares anualmente por este concepto.
Se produciría una desaceleración,  pero esto va a depender de la magnitud de la crisis de la que estamos hablando. Afortunadamente Estados Unidos no es el socio mayoritario de Bolivia.
(TeleSur)

LOS DEBATES SOBRE LA POBREZA URBANA Y SEGREGACIÓN SOCIAL EN ESTADOS UNIDOS


La preocupación por el tema de la pobreza urbana se han situado hacia la última década del siglo pasado, cuando con relación al emergente movimiento de reforma social, aparecen diversos estudios sobre las condiciones de vida y de habitación de las capas mas desfavorecidas de la población del norte urbano e industrial estadounidense.

Los temas recurrentes son el estudio de la vivienda de alquiler en zonas degradadas y el énfasis en la población emigrada no anglosajona. Hay poca preocupación por la población negra, que no era importante en las ciudades industriales del norte. El grueso de la población afroamericana pertenecía al sur rural.
En el estudio se señalan los principales problemas sociales, como la carestía de viviendas de alquiler y sus condiciones insalubres, o la aparición de problemas de desviación social como el crimen y el bandolerismo, el juego, la prostitución y el alcoholismo, el autor está muy interesado en resaltar que el gueto estaba formado  mayoritariamente por trabajadores manuales, muchos de ellos pobres, pero nada involucrados en un ambiente de degradación social. Asimismo señala que en algunas calles existía una incipiente clase media acomodada que rompía con la imagen de homogeneidad que del área tenían los blancos. Aporta un interesante plano del gueto done, cartografía 4 categorías residenciales: clases viciosas y criminales, los pobres trabajadoras y las clases medias.

EL DEBATE ACTUAL SOBRE LA POBREZA URBANA



Las características actuales de la pobreza urbana estadounidense deben comprenderse en el contexto de los cambios acaecidos en la economía y en la sociedad, que en los últimos veinticinco años se ha adaptado a la creciente mundialización de la economía y a la incorporación de las tecnologías en los procesos productivos, con una estrategia basada en la flexibilización del mercado de trabajo y la desregulación creciente de la economía respecto del ya tradicionalmente intervencionismo estatal, al menos desde ópticas europeas. Ello ha revertido en un incremento substancial de la pobreza, más si se tienen en cuenta criterios relativos y de distancia entre las capas más desfavorecidas y el resto de la sociedad. Por otra parte hay que considerar las nuevas migraciones, provenientes de Hispanoamérica y, también, del Este asiático, que han sido renovadamente fuertes durante este último cuarto de siglo.

Las actuales aproximaciones a la pobreza urbana tienen un doble punto de partida. Por una parte, surgen como reflexiones en torno al actual incremento de la polarización social producto de los cambios económicos y territoriales de finales de siglo xx. Por otra parte, enlazan con los temas centrales de los debates sobre la pobreza urbana, especialmente los apuntados o desarrollados desde los años sesenta: el concepto de subclase, la pobreza de minorías étnicas y la pobreza como reflejo de los cambios en la estructura urbana de las ciudades.